La playa llena de gente, los rayos del sol quemando mi piel, niños correteando y gritando mientras me voy acercando a la orilla, se me ha olvidado la goma para el pelo y el viento hace que vuele y se enrede (mucho) pero sigo andando hasta pararme en seco. Espero a que llegue la primera ola que toca mis pies y siento el agua fría que me eriza el cuerpo...entro poco a poco, mirandome los pies, el agua cristalina tanto que no pierdo de vista por donde camino, la arena fina y suave, las olas rompiendo contra las rocas y yo cada vez más adentro; luchando y jugando con las olas, cerrando los ojos y acariciando el agua. Me vuelvo a detener con los ojos cerrados ajena a todo, respiro y de repente, sin pensarlo, me zambullo en el agua.
Al salir me quedo tumbada flotando respirando profundamente, sin prisa, moviendome lentamente con el vaivén de las olas, disfrutando de cada instante como si estuviera sola, para guardarlo sin que nadie lo sepa. Cierro los ojos de nuevo y escucho mi respiración tranquila...No importa nada, ni siquiera el tiempo.
No hay problemas, nadie me espera...sólo es tranquilidad, calma, desconexión.
Reflexión: No quiero salir del agua.
¿Y vosotros qué hacéis para encontrar vuestro momento de desconexión total en medio del caos o de la rutina?
_Silvia
Yo tengo el mar muy cerca de casa , así que esa es mi desconexión ya sea en plan baño o en plan paseo por el mar, no se vivir sin él.
ResponderEliminartiene que ser una gozada disfrutar todo el año del mar...!! * *
EliminarQué gran momento! Gracias por compartirlo. Me hace feliz ver que compartimos una óptica
ResponderEliminarComun y un océano que hemos compartido desde este rinconcito de Cádiz.
La Casa Rosa os echa de menos, y sus habitantes.
:) espero poder volver * * nosotros también os echamos de menos!!!
EliminarGuauu buena reflexión sobre tu desconexión creo que coincidimos Silvia.
ResponderEliminarBuen fin de semana,
Besos,
Pedro
:) gracias pedro!!! espero que tengas una buena semana* mua
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